La relación entre dieta y caries infantil
Las caries son una de las enfermedades más comunes en la infancia. La dieta juega un papel clave en su aparición, ya que ciertos alimentos alteran el pH de la boca, la cantidad y la composición de la saliva. La caries dental, es una enfermedad multifactorial, donde interactúan: la dieta (carbohidratos fermentables), la microflora (bacterias cariogénicas), los dientes y la saliva. y favorecen la proliferación de bacterias. Por eso, en RBG Clinic insistimos en la prevención desde los hábitos diarios.
Carbohidratos y azúcares: los grandes enemigos
Los carbohidratos fermentables (especialmente los azúcares refinados) alimentan las bacterias que causan caries. Cuando se consumen con frecuencia, bajan el pH de la boca y aumentan el riesgo, sobre todo si no se acompaña de una buena higiene.
Hay que tener en cuenta que los alimentos menos cariogénicos contienen carbohidratos sin refinar, sin azúcar agregada. Su mayor contenido de fibra puede ayudar a eliminar la placa, pero aún tienen el potencial de causar caries sin una buena rutina de cuidado oral.
Alimentos recomendados para una boca sana
Frutas y verduras frescas: manzana, zanahoria, apio. Estimulan la saliva y limpian la placa.
Lácteos: queso, yogur natural y leche. Aportan calcio, fosfatos y vitamina D.
Agua: evita las bebidas azucaradas y favorece la hidratación y limpieza natural de la boca.
¿Cómo saber si tu hijo tiene caries infantil?
Atención a estos signos:
- Dolor al comer dulce o frío
- Manchas blancas o marrones en los dientes
- Agujeros visibles
- Encías inflamadas o sensibilidad al tocar los dientes
¿Qué ocurre si no se tratan las caries?
Si no se tratan, las caries pueden extenderse y afectar capas más profundas de los dientes. Pueden provocar dolor de muela intenso, infecciones y pérdida de dientes. Las mejores medidas de protección contra las caries dentales son las consultas regulares al dentista y los buenos hábitos de cepillado y uso del hilo dental.
Desde Rbg Clinic, recomendamos llevar una dieta sana y equilibrada; y prestar especial atención a los “azúcares ocultos” que forman parte de la composición de algunos alimentos y que son de consumo diario. Además, realizar una higiene oral diaria adecuada, haciendo especial hincapié tras el consumo de azúcares para prevenir la caries en edades tempranas.